11.00. La mañana estaba calurosa. Unos 17 grados al sol, sobre la ciudad mediterránea de Estepona, enfrente de la marroquí Tánger, domicilio conocido del escritor Paul Bowles. Cuando uno está por desayunar, después de mirar el mar, la Cadena Ser de radio irrumpe entre él y mi boca. Rafael García Cruz (jefe de Prensa del Ayuntamiento), álias Nipho, uno de los mejores bloguistas de España, quiere demostrar que porteños y malagüeños son lo mismo. Esas seis preguntas manejadas con decidido oficio por Mariángeles Cervantes, son la prueba.
11.19. Está por comenzar. El primer día se asoma lento. Carlos Pérez de Rozas, del diario catalán La Vanguardia, ya tiene ordenadas sus casi sesenta diapositivas, mientras Antoni Cases, que hablará después, busca conectarse a la red a través de la tecnología inalámbrica. Esta última joya de la corona española resulta muy esquiva a la hora de necesitarla. En Madrid y Barcelona, el café Starbucks ofrece dicha tecnología, previo pago de una tarjeta de cuatro euros con cincuenta.
11.44. Empieza Pérez de Rozas con una versión unplugged (“me gustaría hablar sin micrófono, porque tengo una linda voz, tal vez, lo único que tengo”). Con fuerza, nadie se animaría a cruzarse en el camino del director adjunto de La Vanguardia de Barcelona. Su discurso se centra en el formato (no es una cuestión de tamaño, podría llamarse su ponencia). Con una cuerda cercana a un pregonero evangelista, el catalán Pérez de Rozas demuestra su potencia histriónica a lo largo de sus casi 75 minutos de fama. “El formato tabloide (el famoso yellow paper) tiene mala prensa, por eso ahora se habla del compacto”. El sensacionalista The Sun es sinónimo del formato tabloide. Con un excelente ejemplo gráfico se demuestra cómo el cambio de The Independent provocó un cambio político dentro de la redacción, ya que, de esa forma, todas las noticias serían primeras noticias y nadie sería la estrella.
18.25. Marco Gatica demuestra cómo se puede cambiar un diario tradicional de casi 200 años: El Mercurio, de Chile. Con frases medidas como “tenemos que ser agresivos en lo visual” y “no nos asusta el blanco”, el editor gráfico chileno rompe los esquemas de los que creen que no se puede hacer nada en un diario sábana.